Su diseño es de vehículo grande y el GLB es un SUV compacto de 4.634 mm de longitud que, por primera vez en la marca, ofrece opcionalmente una tercera fila de asientos para disponer de siete plazas. Su larga distancia entre ejes, 2.829 mm, una anchura de 1.834 mm, y la altura de 1.659/1.663 mm permiten un habitáculo muy amplio y capaz, que permite un volumen de maletero entre 570 y 1.805 litros, con una anchura efectiva de acceso de 1.050 mm y una profundidad de 1.808 mm, y pasajeros de hasta 1,68 m de estatura máxima en la tercera fila, sin rozar con el techo.
Seguimos recordando que hablamos de un SUV compacto de Mercedes-Benz, de robustas proporciones y que refleja calidad por todos sus costados, por lo que en el interior nos sentiremos totalmente cómodos, en un ambiente premium, y con elementos novedosos como el tubo en efecto aluminio sobre el tablero de instrumentos para el acompañante, los asideros horizontales en las puertas, los elementos de mando o los difusores, que nos vuelven a recordar su configuración de todo terreno. El conductor dispone de un puesto de conducción widescreen y el sistema MBUX está incluido para el manejo y la visualización, con funciones ampliadas con personalizaciones y funciones predictivas, Linguatronic, activación por palabras clave como Hey Mercedes, punto de acceso wifi, radio por internet, navegación por disco duro con realidad aumentada y Head-Up-Display.
El sistema de iluminación es de última generación, como los faros High-Performance LED o los opcionales Multibeam LED, que con el paquete offroad en los modelos 4MATIC ofrece una luz especial para todo terreno.
Los motores son más eficientes, menos contaminantes y más prestacionales, son gasolina y diésel de cuatro cilindros y ahora se incluye la desconexión selectiva de cilindros. En cuanto a los diésel disponemos del GLB 200 d de 150 CV (110 kW) con versión disponible 4MATIC, y el GLB 220 d 4MATIC de 190 CV (140 kW). Los de gasolina comienzan con el M 282 1.33 litros del GLB 200 CON 163 Cv (120 kW), el M 260 2.0 litros del GLB 250 4MATIC con 224 CV (165 kW) y el tope de gama 2.0 litros turbo GLB 35 4MATIC AMG con 306 CV (225 kW), 400 Nm de par, cambio AMG Speedshift DCT 8G y todo el carácter deportivo de la división AMG, con función RACE START, sin renunciar al enfoque práctico del GLB.
El placer de conducción aumenta con los cinco programas de conducción del AMG Dynamic Select, con los modos Calzada resbaladiza, Comfort, Sport, Sport+ e Individual mientras que el AMG Dynamics adapta el comportamiento de marcha a las exigencias y condiciones de conducción con las funciones Basic y Advanced. A su vez, la tracción integral variable AMG Performance 4MATIC permite el máximo agarre en cualquier situación, con distribución de par variable.
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Sin duda, estamos ante un coche que se convertirá en un modelo muy importante para la marca pues su configuración de coche para todo está totalmente representada en sus aptitudes y capacidades, en un segmento en claro auge, el de los compactos, y que dispone del dinamismo y la agilidad de un deportivo. Y su atractivo es innegable. Apostamos por el éxito del GLB.
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