Los responsables de diseño han reconocido que adaptar en tan solo 5 meses el motor 2.0 turbo de 275 CV procedente del Mégane R.S. bajo el capó del Clio R.S. ha sido una idea bastante loca. Para conseguirlo, dotaron al Clio con una carrocería 60 mm más ancha y ruedas de 19 pulgadas.
La intención era conseguir un "bólido" que fuera más realista en cuestión de costes y con soluciones sencillas e ingeniosas que permitieran considerarlo "homologable". La potencia de este propulsor obligó a sus diseñadores a revisar las suspensiones, y para ello adaptaron piezas de los modelos de serie Mégane, Kangoo y Espace.
También hubo que adaptar el escape y la electrónica puesto que no se basaban en la misma arquitectura y rediseñar los trenes rodantes en su totalidad.
El tiempo no daba para construir una maqueta física completa, por lo que se hizo una simulación con un programa de modelado y un tratamiento gráfico inspirándose en el monoplaza de F1. Para "vestir" las ruedas de 19 pulgadas se decidió ensanchar la carrocería con unas aletas, y en la parte trasera se colocó el alerón procedente del Clio Cup que genera 40 kg de apoyo adicional a 200 km/h. Un equipo de tan solo 10 personas consiguieron "el milagro".
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